¡Hola! Soy el Ada del Cambio, y voy a hacer realidad todo lo que deseas. No. Es broma. Y seguro que ya sabes que no hay truco ni palabras mágicas que valgan para alcanzar tu meta. El cambio duradero es el que se hace de forma serena, a base de autoconocimiento, conciencia, voluntad, entrenamiento y acción. Una vez una amiga me bautizó como el Ada del Cambio, mientras buscábamos el nombre para el proyecto de coaching personal, profesional y ejecutivo, que te presento en esta web. ¡Lo que nos reímos!
Soy Ada Torrado, facilitadora de procesos de transformación y cambio sereno. Acompaño a personas, organizaciones y empresas a tomar conciencia de su talento, lo desarrollen, pasen a la acción y logren sus metas.
¿Por dónde quieres empezar a conocerme un poco más?
Verás, puede que la primera vez que me veas pienses que soy tímida, la segunda vez nos reiremos, y la tercera sentirás que me gusta tomarme la vida con serenidad. Estudié Económicas y durante años me dediqué a los números. Hasta que me di cuenta de que lo importante para mí son las personas. Su bienestar y felicidad. Fue entonces cuando aposté por el cambio, y me reorienté profesionalmente comenzando a trabajar en el área de Recursos Humanos. Allí confirmé que los resultados empresariales dependen, entre otros factores, de que los trabajadores compartan los objetivos de la empresa y se sientan parte de ella.
Esto es parte de la respuesta a ¿cómo he llegado hasta aquí? La otra, la parte que más importancia ha tenido, te la cuento ahora.
Llegué a estudiar Coaching Personal y Ejecutivo tras una crisis vital. El dolor por la muerte de mi madre, abrió una grieta por la que pudo entrar en mi la luz, que hoy ilumina mi camino. Allí empezó mi proceso de cambio, de gestión emocional y de toma de conciencia. Fue cuando me autoconocí, tomé decisiones y actué hacia mi meta. Esta es la receta principal del método ADA con el que trabajo: Autoconócete – Decide – Actúa.
Mi marca personal es una forma de honrar a mi madre. Mi nombre es Inmaculada, pero mi madre me llamaba Ada desde pequeña, y eso hizo que todos me llamaran así. Ella insistía en que reivindicara estas tres letras: Ada, pero mi timidez hacía que no corrigiera a quien se refería a mi como Inmaculada. Me costó, pero me alegro de haberme enfrentado a mi timidez, y que el nombre de mi proyecto sea ADA, como ella me llamaba.
Es curioso observar la relación entre mi pasión por la decoración, y mi dedicación al coaching personal y ejecutivo. Y pensar que todo nació acompañando a mi madre a casa de sus amigas…
Fue de la mano de mi madre, que descubrí mi amor por el diseño de interiores. Ella me llevaba a merendar a casa de sus amigas, y yo alucinaba observando cada detalle de la decoración. De mayor me aficioné a las revistas de interiores y a la arquitectura, y ahora entiendo que lo que me fascina es la inmensidad de posibilidades que resultan de la combinación de objetos, colores, muebles y demás elementos decorativos. Tanto es así, que dediqué el proyecto final del MBA que estudié, a la creación de un estudio de decoración.
De la misma manera que desde pequeña he visto de forma natural todos los recursos disponibles para encontrar múltiples soluciones decorativas, ahora me dedico a ofrecer recursos a personas y empresas, para que encuentren sus propias soluciones a los bloqueos existentes en los espacios personales y profesionales de sus vidas.
Mi propósito es un cuento, aunque no sea el Ada del cambio.
Una de las cosas que más me gustan, es ver las caras de mis coachees cuando tienen un momento de “¡eureka!”. Se les ilumina la cara y esa luz es como un acelerador en su proceso, del que es un privilegio formar parte.
Todos llevamos dentro un fueguito único y especial, y mi propósito es que lo veas, sientas su calorcito y te ilumine el resto de tu camino. ¿Cómo lo hago? Poniendo a tu disposición herramientas de gestión emocional, autoconocimiento, decisión y acción que he vivido y aprendido, en forma de formaciones y procesos de coaching humanista y ecológico.
Dale al play para que te cuente el cuento que pone palabras a mi propósito.
“Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
– El mundo es eso – reveló – un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende».
«EL MUNDO», DE «EL LIBRO DE LOS ABRAZOS», EDUARDO GALEANO
Espero que te haya gustado, solo me queda decirte que será un placer conocerte, si así lo sientes. Me encontrarás al otro lado del mail y en Sevilla. Me gusta mi ciudad natal, aunque te confieso que un objetivo no alcanzado es vivir en otra ciudad. Lo conseguí un tiempo, cuando estudié el MBA en Madrid, pero regresé. La vida. Seguro que algún día entenderé por qué siempre vuelvo.
Ahora que me conoces un poco más, ¿me cuentas cómo puedo ayudarte?
Llevo toda la vida estudiando, y es algo que forma parte de mí. Soy economista. Hice un MBA y un Máster en Dirección y Administración de Recursos Humanos. Soy experta en Inteligencia Emocional, en Coaching Personal certificada por ASESCO, y en Coaching Ejecutivo certificada por AECOP.
Empecé en el mundo laboral en el sector bancario, para pasar después a ser controller financiero en una multinacional. Durante 12 años ocupé un puesto muy transversal que me permitió ser la interlocución entre diferentes áreas de la organización: RRHH, proyectos, financiero, tesorería, contabilidad, jurídico, logística y comercial. Viajar y conocer diferentes culturas, así como trabajar junto a diferentes perfiles profesionales y niveles directivos, me aportó competencias que ahora me acompañan en el desarrollo de procesos de coaching personal, de carrera y ejecutivo.
Ahora que me conoces un poco más, ¿me cuentas cómo puedo ayudarte?
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